Los aromas del vino blanco
Llega el momento de disfrutar de esa botella de vino que has guardado con tanto cariño y quieres aprovechar cada uno de los sorbos. Ya has pensado con qué comida lo vas a maridar y ahora quieres disfrutar de una experiencia completa de cata. En este caso querrás ser capaz de reconocer cuáles son sus aromas y en este artículo vamos a diferenciar y definir cuáles son los más presentes en los vinos blancos para que puedas identificarlos a la perfección.
En el vino blanco, los aromas de dividen entre aromas primarios, secundarios y terciarios. Los primeros son los que provienen directamente de la fruta, los segundo derivan de la fermentación y se relacionan con la maceración o temperaturas del proceso, y los terciarios están relacionados con los elementos en los que se guarda el vino hasta su distribución. Si profundizamos en estas clasificaciones de manera individual nos encontraremos con:
- Aromas primarios. Pueden subdividirse en afrutados (limón, cítricos como limones, lima, o pomelos; tropicales como la piña o el mango; fruta blanca como la pera y fruta de hueso como los albaricoques o melocotones), florales distinguiendo rosa, jazmín, acacia, flor de espino y un tercer grupo de vegetales donde distinguiremos paja, espárrago matorral, hinojo, tomillo o laurel.
- Aromas secundarios. En este grupo encontraremos aromas relacionados con la panadería con recuerdos al pan, brioche, levaduras o galletas; lácticos (queso, mantequilla o yogur) o amílicos (plátano, barniz, caramelo ácido)
- Aromas terciarios. En el tercer grupo apreciaremos aromas relacionados con el café, pan tostado, humo o caramelo. También recuerdos balsámicos procedentes de eucalipto o menta. Será posible detectar en alguna ocasión canela, vainilla, clavo, nuez moscada, cardamomo, frutos secos ,y otros como miel, cera de abeja o coco rallado.
El último consejo que puede servirte de ayuda es que consultes la ficha de cata antes de comenzar. En ella te aparecerán los detalles de cada una de las fases, desde el color del vino, a los sabores, pasando por la fase olfativa. Así podrás reconocer de manera más sencilla cada uno de los aromas de esa botella que tantas ganas tienes de disfrutar.
